Mi diario de la gastronomía en la península de chita

Sábado, 4 de marzo
No hace mucho frío. No hace viento tampoco. Está nubado. Es un sábado tranquilo.
Al mediodía mi mujer y yo fuimos a una cafetería que le gusta a ella.
Al llegar allí, había muchos coches delante de la cafetería. No creí que pudieramos entrar. Ella fue a la puerta para ver la situación. Al volver, me dijo que podíamos entrar.
Al entrar, quedé sorprendido. La cafetería es más grande, tiene otra habitación. Su capacidad ahora es dos veces mayor.
Nos sentamos en la barra. Ella comió espaguetis en la sartén con salsa de carne. Comí un Loco moco. Terminamos todo. Ambos estaban deliciosos.
Después, tomé un café. Ella comió un parfait de café. Estaba sabroso.
Lo pasamos muy bien.


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